miércoles, 26 de septiembre de 2012

PLAZOLETA DE CUERVO




VUELTA A LA PLAZA DE RUFINO CUERVO




Se llega a ella casi que sin darse cuenta: la plaza Rufino José Cuervo (también llamada de los Derechos) está semiencerrada, en tres de sus cuatro lados, por los muros del claustro de la Expedición Botánica y la Casa de los Derechos. Solo basta tomar la calle 10 y, entre carreras 6a. y 7a., encontrarse en plena calle con algo así como una remembranza de esas casas coloniales que tienen balcón con vista al jardín interior.

A las dos casas que encierran la plaza las une un balcón de madera torneada. Estas edificaciones tienen escritos buena parte de los Derechos del Hombre en dos placas inmensas que van de pared a pared sobre sus fachadas del extremo norte.
En el costado oriental está la casa de Manuela Sáenz donde ahora funciona un museo de trajes regionales.
La parte de la plazoleta que tiene vegetación está encerrada (en forma casi cuadrada) por una verja de color negro. La rodea una especie de andén de adoquín. En el centro y sobre un pedestal está la estatua de Rufino José Cuervo mirando al sur. O mejor, mirando la iglesia de San Ignacio que tiene fachada sobre la calle 10.
De esa iglesia salieron los jesuitas cuando fueron expulsados de los dominios del Rey de España en 1767.
La vegetación está ordenada en forma de parqués: cada extremo tiene una palma gigantesca.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Bogotá
Fecha de publicación
2 de septiembre de 1992
Autor
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Enfrentada al atrio de la iglesia de San Ignacio se encuentra la plazoleta de antaño conocida como Plazuela de San Carlos. Su actual nombre honra la memoria del erudito filólogo y escritor don Rufino José Cuervo cuyo busto, obra del escultor Raúl Carlos Verlett, reposa en su centro. La plazoleta forma parte de un bello espacio en el que se integran la Casa de los Derechos del Hombre y la residencia  de Manuelita Sáenz, incansable compañera del Libertador Simón Bolívar.  En la primera, el precursor de la independencia, Antonio Nariño, instaló la Imprenta Patriótica en la cual editó su traducción de la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano; la segunda es sede del Museo de Trajes Regionales de Colombia. El rincón colonial se ve complementado por los balcones corridos que la circundan y por un jardín colmado de plantas tropicales y palmeras centenarias.









por: Cristopher Vargas Ruda
        Angela Gabriela Correa